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Carlos III (Madrid, 1716-1788), rey de España entre 1759 y 1788, hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio, había marchado a Italia en 1735, tras ser nombrado rey de Nápoles, si bien a la muerte de su medio hermano Fernando VI en 1759 le sucedió, renunciando a su corona napolitana en su hijo Fernando. Se rodeó de importantes e inteligentes políticos, como Esquilache, Grimaldi, Floridablanca, Campomanes, Cabarrús, con los que inició una serie de medidas para el saneamiento de la Hacienda, la reorganización del Consejo de Castilla y la reforma de las fuerzas armadas, lo que produjo el resentimiento de algunos sectores, desembocando el Motín de Esquilache y originando la expulsión de la Compañía de Jesús, acusada de fomentar la revuelta.
Realizó numerosas obras de mejoras urbanísticas como el pavimentado, el alumbrado y la limpieza de las vías publicas y ornamentó la ciudad de Madrid, contando para ello con los más importantes arquitectos del siglo XVIII, Ventura Rodríguez, Juan de Villanueva o Francisco Sabatini, que era su maestro mayor. Durante su reinado se crearon las Reales Fábricas de Porcelana del Buen Retiro y de Tabacos en Embajadores, el Museo de Ciencias Naturales -que devino más tarde en Museo del Prado-, el Jardín Botánico, el Hospital General y la ampliación de los paseos del Prado de San Jerónimo y de la Florida, así como otros muchos edificios representativos, como las puertas de Alcalá y San Vicente, la Casa de Correos, el templo de San Francisco el Grande, el Oratorio del Caballero de Gracia y las fuentes monumentales de la Cibeles, Neptuno, Apolo y la de la Alcachofa en el Prado. Fue el primer monarca que habitó el Palacio Real nuevo, que reemplazó al incendiado Alcázar de los Austrias.
El conde de Mayalde, Alcalde de Madrid, convocó un concurso para erigir una estatua a Carlos III, conocido popularmente como “el mejor Alcalde de Madrid”; el académico Juan Adsuara presentó un proyecto y se le adjudicó la obra, aunque en un principio se pensara instalar frente a la Puerta de Alcalá. Aunque su primera ubicación fue en 1966 a espaldas del Palacio Real, sin inauguración oficial, en 1972 se trasladó a los Jardines de Sabatini.
En cuanto a su autor, el escultor Juan Adsuara, había obtenido en 1923 obtuvo el Primer Premio en la Bienal de Venecia, en 1924 la Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes, en 1929 el Premio Nacional de Escultura y desde 1947 Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.