Description
La provincia romana de Baetica (en latín, Bætica) fue una de las provincias romanas que existieron en la península ibérica, llamada por los romanos Hispania. Tomó su nombre del río Betis (en latín Bætis), llamado en la actualidad río Guadalquivir; su capital en la época romana fue la Colonia Patricia Corduba, la actual ciudad española de Córdoba, en Andalucía. Posteriormente, en el periodo visigodo, la capital pasó a ser Hispalis, la actual ciudad de Sevilla.
La Bética tuvo una importante aportación al conjunto del Imperio romano, tanto económica como cultural y política. En el terreno económico fue muy significativa la extracción de minerales (oro, plata, cobre y plomo) y la agricultura, con la producción y exportación sobre todo de cereales, aceite y vino, estos dos últimos especialmente famosos en todo el Imperio junto con el garum. En el terreno político, la Bética fue durante mucho tiempo una provincia senatorial que, debido a su alto grado de romanización, dependía del poder político del Senado, no del poder militar del emperador. En ella se libró la decisiva Batalla de Munda entre populares y optimates, partidarios de César y Pompeyo, respectivamente. Además, dio a Roma los emperadores Trajano y Adriano, naturales de Itálica, y al filósofo cordobés Séneca, entre muchos otros.
Tras la derrota de Cartago en la Segunda guerra púnica, los cartagineses abandonaron Hispania y su presencia fue sustituida por la de los romanos, quienes tuvieron que hacer frente a algunos focos de resistencia, como la sublevación de los turdetanos en el 197 a. C. Como consecuencia de la victoria romana, se crearon las provincias de Hispania Ulterior e Hispania Citerior. El año 27 a. C., con la reorganización imperial de Augusto, Hispania quedó dividida en tres provincias imperiales: la Bética, la Tarraconense y la Lusitania. La Bética fue desde entonces una provincia senatorial gobernada por un procónsul con capital en Córdoba.
La Bética era una de las provincias del imperio más dinámicas y desarrolladas económicamente, al ser rica en recursos y al estar profundamente romanizada, absorbiendo poblaciones de esclavos liberados y a una élite pudiente que permaneció como grupo social estable durante siglos, aunque no estuvo exenta de trastornos sociales, como los acontecidos en época de Septimio Severo, quien condenó a muerte a un gran número de béticos, incluyendo mujeres. La profunda romanización de la provincia se vio recompensada con la concesión por parte del emperador Vespasiano de los derechos de ciudadanía latina (latinitas),1 cuando promulgó el ius latii minor por medio del Edicto de Latinidad, que concedió no solo a los béticos, sino a todos los ciudadanos hispanos.
La asimilación de la cultura romana también propició una temprana cristianización, que arraigó fuertemente en las zonas costeras y que fue marcando un nuevo desarrollo cultural en toda la península ibérica. En el siglo IV el cristianismo pasó a ser tolerado en el Imperio y más adelante sería proclamada religión oficial y única permitida, celebrándose en tierras béticas el Concilio de Elvira, hito fundamental en la Historia del Cristianismo en España, al que asistieron once obispos béticos, de un total de diecinueve asistentes
Additional information
Peso | N/D |
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Talla | M, L, XL, XXL |
Color | Blanco, Gris, Azul, Negro |
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